13 de agosto de 2007

Al fin...vacaciones

La Catedral de noche

Ahora sí, después de todas las prorrogas dadas,
vienen al caso unas vacaciones geniales, justo lo que necesitaba después de un ciclo demasiado fregado, al fin tuve el tiempo libre que necesitaba para sacarme de la cabeza toda la basura que tenía. Y que mejor lugar que la ciudad que le dio al Perú su único campeón internacional de fútbol (Cienciano), el ombligo del mundo, la capital del imperio o nueva maravilla mundial; llámenla como quieran, para mí será siempre mi Cusquito lindo.

Es que no me imagino un mejor lugar en el mundo para poder relajarse, y como dije en un post anterior sólo ahí puedo dejar todo atrás y olvidarme por un momento del mundo. Creo, además, que estas fueron las últimas vacaciones cusqueñas que tendré como universitario, es que el tiempo cada vez se me hace más corto y a la vez mis responsabilidades y futuros compromisos se hacen inversamente proporcionales a mi pequeño momento de disfrute vacacional.

Muchas cosas pasaron en este viaje, la mayoría de ellas geniales y algunas pocas que pasaran a mi muro de los lamentos y al baúl de los olvidos, pero no me arrepiento de nada lo que pude haber hecho en mi terruño, simplemente la pasé espectacular: ya sea al rezarle a la Mamacha del Carmen, asfixiándome en humo de pólvora para quedarme afónico a la media hora, bailando huayno en plena plaza de armas de Paucartambo, y así la lista podría hacerse infinita.

Por el momento, dejo otro par de fotos para deleitarse la vista unos segundos; en el siguiente post la primera parte de la Paucartambo, la Mamacha y su fiesta.










La Plaza de Armas desde
la plazuela del Almirante

1 comentario:

Anónimo dijo...

Definitivamente el Cusco es el mejor lugar para unas vacaciones, aunque la verdad es que yo quisiera vivir ahi hasta mis últimos días. Es que cuando entras a la ciudad sientes una energía tan fuerte que te dan ganas de quedarte.